La historia de este manuscrito y su recomposición están marcados, sin duda, por una impronta bordeana. Pesquisas, apariciones, desapariciones, divagaciones, concurrencias, derivaciones, atisbos, desvíos, retardos, reacciones, agonías. Su historia fue siempre futura, como El Loco; aquella que se va haciendo con las ruinas que cada lector va cepillando a contrapelo. Y tan así como resuena en sus páginas: el tesoro de Lyra es un tesoro que delira. / R.O.