Paul Valéry reflexiona en torno al proceso creativo, el peso de sus orígenes y vicisitudes íntimas, a partir de las obsesiones de Leonardo Da Vinci. Este libro trae un prólogo de Silvio Mignano y está traducido por Moira Bailey.
«Más de un error que echa a perder los juicios de las obras humanas, se debe a un singular olvido de su propia génesis. A menudo uno no se acuerda de que no han existido siempre. De ahí proviene una especie de coquetería recíproca que generalmente silencia, hasta que estén bien ocultos, los orígenes de una obra. Tememos su humildad, llegamos inclusive a dudar que de estos orígenes sean naturales. Y aunque muy pocos autores tengan el valor de decir cómo han creado su obra, creo que no hay muchos más que se arriesguen a saber cómo lo han hecho. Semejante búsqueda comienza por el doloroso abandono de las nociones de gloria y de los epítetos elogiosos: no soporta la menor idea de superioridad, ni manía alguna de grandeza: lleva a descubrir la relatividad bajo la aparente perfección». / Paul Valéry